La memoria es una función cerebral que nos permite codificar, almacenar y recuperar la información que previamente percibimos. Existe la memoria a corto plazo, que almacena la información que manejamos en un corto periodo de tiempo y tiene capacidad muy limitada; y para los recuerdos, existe la memoria a largo plazo.
¿Qué es un recuerdo?
Un recuerdo es aquel elemento del pasado (imagen, sonido, palabras, sensaciones, etc.) que se tiene guardado en la memoria. Peeeero, el cerebro es capaz de crear situaciones que NO sucedieron y hacérnoslas entender como recuerdos cuando no lo son.
Toda percepción es subjetiva, nosotros con nuestra percepción le damos sentido a las cosas, por tanto, el conocimiento irá ligado a un punto de vista. Los recuerdos son propios, personales y subjetivos. Mis recuerdos son míos, de mi experiencia y no se pueden comunicar, forman parte de nuestra identidad. No es de extrañar que muchas personas, tras sufrir una fuerte pérdida de memoria, hayan cambiado radicalmente su personalidad, su «yo».
«Todos necesitamos recuerdos para saber quién somos»
Leonard Shelby (Guy Pearce) – Memento
¿Cómo sería una vida sin nuevos recuerdos?
Si hablamos de un plano cotidiano, familiar, observaremos que los recuerdos que almacenamos no son totalmente objetivos. Un mismo hecho vivido por dos personas distintas presentará diferencias en su rememoración, pues la subjetividad juega un importante papel en nuestros recuerdos.
Como funciona nuestra memoria: Caóticamente. Nos trae recuerdos, los mezcla, fija imágenes, etc. Y eso es lo que sucede en décimas de segundo en nuestra mente.
Esta semana, la película Memento, cumple 20 años. ¿La vieron?
En Memento, el protagonista padece amnesia anterógrada, es decir, un tipo de amnesia que le impide almacenar nuevos recuerdos. Pero no solo eso, sino que padece un trastorno de estrés postraumático que, unido a la amnesia, dificulta enormemente su día a día.
El propio título Memento significa en latín ‘recuerdo o recuerda’, por lo que se hace explícita la necesidad de recordar y la incapacidad del protagonista.
Si no recuerdo nada de mi pasado, ¿sigo siendo yo?
¿Cómo podemos mejorar nuestra memoria?
El bilingüismo, o aprender una segunda lengua, ayudan a formar una memoria más sólida que la de aquellos que solo saben un idioma. De hecho, los bebés criados en un ambiente bilingüe van a ser mejores para el cálculo mental, la lectura y muchas otras habilidades vitales frente a los que no lo fueron.
Al aprender otro idioma podemos retrasar el efecto de la demencia o la de enfermedad de Alzheimer en personas susceptibles por hasta cinco años.